Primavera de 1925. En una suite del hotel Crillon de París se cierra la mayor estafa conocida del siglo XX. ¡Un hombre es capaz de vender la torre Eiffel! El 11 de marzo de 1947, ese mismo hombre muere en el centro médico para prisioneros federales del condado de Greene, Misuri, Estados Unidos. El oficial de turno, al llegar el momento de rellenar el certificado de defunción, lo define para la posteridad como ‘aprendiz de vendedor’. Su nombre es Víctor Lustig. Su alias más conocido, el conde Von Lustig: ¡el mayor estafador del siglo! Kikí, una meretriz ingeniosa, embaucadora e iniciadora de Víctor en toda clase de artes desde su llegada a París nos da la bienvenida y nos presenta al conde para, entre los dos, desgranar las andanzas más audaces que sumieron a Víctor en un carrusel vital tan increíble como cierto… O tal vez no. Y todo ello contado, como una especie de embudo vital, para desembocar en el gran golpe que le haría pasar a la posteridad.
Dramaturgia: Alfonso Mendiguchía
Dirección: Natalia Hernández
Elenco: Patricia Estremera y Alfonso Mendiguchía
Diseño de iluminación: Víctor Mones y Suh-Güein
Diseño vestuario: Reme Gómez
Música original y espacio sonoro: David Bueno
Diseño de escenografía: Natalia Hernández y Víctor Mones
Coreografía: Ricardo Santana
Realización escenografía: Readest
Cartelería e identidad visual: Manolo Pavón
Vídeo y teaser: Javier Díez
Los Absurdos Teatro nació en 2010 casi por accidente, comenzando su viaje con la obra Desnudo, nadie es perfecto. A lo largo de 14 años y más de 2.000 funciones, la compañía ha presentado siete montajes para adultos, dos infantiles y varias propuestas de dinamización patrimonial y teatro de calle. Su estilo se caracteriza por puestas en escena ágiles y limpias, donde la cuarta pared se disuelve y el diálogo fluye de forma natural. Con textos propios, buscan entretener, emocionar y hacer reflexionar, siempre con una visión autocrítica y humorística sobre temas como la incongruencia, idiotez, injusticia e incompetencia.