“LA CAJA, es una obra de Teatro Documental Autobiográfico que nace de la experiencia que viví cuando una persona muy cercana fue diagnosticada de una enfermedad mental. Aquella vivencia despertó en mí la necesidad de indagar en el universo de la mente y en los obstáculos a los que se enfrentan las personas que perciben la realidad lejos de los parámetros aceptados por nuestra sociedad”.
LA CAJA nos invita a intimar con el universo de la mente humana a través de un viaje poético y social, cuyo destino es transitar la frontera que separa a los “locos” de las personas que percibimos la realidad dentro de los parámetros aceptados por nuestra sociedad.
Durante los 60 ́ que dura la obra, Desirée Belmonte (autora e intérprete de este espectáculo) va construyendo en escena una instalación formada por algunos objetos que fue recabando durante los tres años que duró el proceso de investigación para la creación de esta obra.
Al finalizar el espectáculo, Desirée invita al público a visitar dicha instalación y de esa manera ofrece la posibilidad conocer más detalles sobre la historia de esas tres personas y descubrir algunos entresijos del propio proceso de creación.
Creación: Desirée Belmonte/ Debastián López/ Carlos Molina
Texto/ Dirección/ Interpretación: Desirée Belmonte
Música: Pedro Acevedo
Luces: Carlos Molina
Visuales: Sebastián López
Espacio Escénico: Sebastián López / Carlos Molina
Asesoría Artística: Isaac Torres/ Ángela Verdugo
Sonidista: Julián Parreño
Edición audiovisual: Sebastián López / Carlos Molina /Julián Parreño
Construcción de la caja: David Durán
Vestuario: Pascual Peris
Diseño Gráfico: Guillermo Martín
Fotos: Sebastián López / Alain Dacheux
Teatro de La Catrina es una compañía valenciana creada en el año 2010 por Desirée Belmonte. Sus creaciones apuestan por el Teatro Documental Autobiográfico, un tipo de teatro que expone al público, tanto el proceso de investigación de un tema en particular, como la transformación que dicho proceso va generando en el camino personal de su autora.
Así, sus montajes, ofrecen al espectador dos viajes paralelos: lo investigado y lo vivido.